Quienes tenemos el privilegio de vivir en poblaciones en las que hay una red de agua potable, solemos olvidar lo importante que es el agua, precisamente porque tenemos acceso fácil a ella con tan solo hacer girar un grifo. Además, el hecho de que sea un servicio público tan barato nos da la falsa sensación de que no tiene valor pero lo tiene, ¡y mucho!, y por ello, he preparado estos tres pasos esenciales para empezar a cuidar el agua y así te sumes de manera activa a la celebración del día mundial del agua.
- Aprende a tener una relación más consciente con el agua. Cada vez que tomes una ducha, cada vez que bebas un trago de agua, recuerda que estás disfrutando de un recurso valiosísimo (al que muchas personas no tienen acceso) y agradécelo. Puede parecer una tontería pero creo que este es realmente el primer paso, esencial y no negociable para aprender a cuidar el agua y darle el valor que realmente tiene.
- Haz un uso responsable del agua. Un gesto tan sencillo como cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o mientras enjabonas los platos puede traducirse en cientos de litros de agua ahorrada en un mes. Eso no solo reduce tu huella hídrica (es decir, la huella ambiental que dejas con tu uso de agua personal) sino que también significa un ahorro en tus cuentas de servicios públicos. Gana el planeta y ganas tú… ¿se puede pedir más?
- Deja de comprar agua embotellada. Si vives en una ciudad en la que el agua no se debe consumir directamente del grifo, lo ideal es que inviertas en un filtro de buena calidad que te permita purificar el agua que consumes sin necesidad de estar comprando cientos de productos desechables que terminarán por contaminar el agua para ti y para las futuras generaciones. Y si vives en una ciudad en la que tienes acceso a agua potable, pues entonces no tiene sentido que compres agua embotellada. De verdad, no hay ninguna excusa. Consigue una botella reutilizable o usa alguna que ya tengas en casa y acostúmbrate a llevar contigo este precioso recurso sin necesidad de pagar un precio excesivo por el mismo líquido que obtienes en el grifo de tu casa, y sin necesidad de llenar de más basura el planeta.
Para complementar este punto, te recomiendo fervientemente que veas “La historia del agua embotellada”, donde Annie Leonard nos explica de manera clara todo lo que se esconde detrás del negocio del agua embotellada.
Se dice que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y creo que un ejemplo claro de eso son esas situaciones en las que nos quedamos sin agua. Un corte en la red de agua potable por alguna reparación nos deja en una situación de incomodidad que hace que entendamos el valor que tiene ese líquido que se mueve casi como por arte de magia por nuestras tuberías y que normalmente damos por sentado.
No debería ser necesario quedarnos sin agua para darnos cuenta de lo valiosa que es. Está en nuestras manos la tarea de hacer que nuestra relación con el agua sea más consciente para que así podamos comprometernos, paso a paso, a cuidarla mejor. ¡Espero que estos tres pasos esenciales para empezar a cuidar el agua, os ayuden en el proceso de concienciación!