Protégete del sol con solares ecológicos
¿Sabías que en Hawai se ha prohibido para 2021 el uso de más de 3.500 solares porque los filtros químicos que contienen son tóxicos y están matando la barrera coralina?
Hoy en el blog We Love You os vamos a hablar de estos solares y cómo puedes diferenciarlos para comprar protectores solares saludables para tu organismo y para el planeta.
Para empezar, os diremos que casi todos los solares convencionales, desde los de las marcas de lujo a las marcas blancas, pasando por los de farmacia, se basan en tres compuestos principales bastante polémicos por su toxicidad:
- Las benzofenonas
- Los canfenos
- Los cinamatos
Estas tres familias de compuestos a pesar de su capacidad para protegernos del sol, también destacan por su capacidad para imitar nuestras hormonas, por lo que están desde hace años en el punto de mira, y no son pocos los gobiernos que ya recomiendan prescindir de ellos para preservar tanto nuestro organismo como la vida marina.
Estos son los llamados filtros químicos. Pero vayamos por partes:
3 tipos de filtros solares
Existe tres tipos de filtros solares para proteger nuestra piel del sol y evitar quemaduras (los dermatólogos no se cansan de decirlo: la piel tiene memoria y las quemaduras de hoy son los melanomas de mañana):
- Filtros químicos: se llaman así porque para que actúen es necesario que en nuestro interior se produzca una reacción química que sea la que ‘active’ esa protección. Por eso se insiste en que hemos de poner este tipo de solares media hora antes de exponernos al sol, para darles tiempo a ser absorbidos por nuestra piel y reaccionar con estos compuestos.
La gran ventaja de estos solares es que son totalmente transparentes, se pueden usar en mil y un tipos de texturas y son baratos de producir.
En la parte menos positiva está el hecho de que al ser compuestos químicos se degradan en nuestra piel, dando lugar a reacciones de oxidación y alergias, amén de su acción como disruptores endocrinos, algunos de ellos con una potencia de partes por billón, como es el caso de las benzofenonas.
Su acción va perdiendo eficacia con el paso del tiempo, por eso cada año hay que renovarlos, sí o sí. En este caso no es cuestión de marketing…
Además de afectar a nuestro sistema hormonal, la oxibenzona (también conocida como benzofenona-3) es considerada una de las culpables del blanqueamiento de la barrera coralina. Cuando los corales se blanquean, mueren, y ese blanqueamiento sucede a velocidades vertiginosas. Con la destrucción de las barreras coralinas todo el ecosistema marino se vería afectado ¡Todo!
Otro escollo es que muchos de estos filtros figuran en la composición de los productos bajo sus nombres comerciales, lo que supone un problema añadido para los consumidores concienciados ¿la solución? Usar cremas con el segundo tipo de filtros:
- Filtros físicos o minerales. Estos son los que se usan en los cosméticos naturales. Los dos ingredientes que están dentro de estos filtros son el dióxido de titanio y el óxido de zinc.
Al contrario de lo que ocurre con los filtros químicos, estos se llaman físicos porque son una barrera física a los rayos del sol. Es como si nos pusiéramos una fina media en todo el cuerpo que refleja los rayos del sol e impide que nuestra piel absorba los UVA y UVB.
Son estables (son minerales), no se degradan (puedes usar tu solar de un año para otro y a no ser que los aceites y mantecas se hayan enranciado seguirá protegiéndote perfectamente).
Muchos dermatólogos desaconsejan su uso por ser menos eficaces que los filtros químicos, pero es totalmente falso. Primero porque tienen que ser sometidos a los mismos controles que los cosméticos convencionales, y, segundo, porque las pruebas para determinar el SPF se hacen por laboratorios independientes y con los mismos criterios para todas las cremas solares, independientemente del tipo de filtro que lleven.
Los solares con filtros minerales no precisan ser aplicados media hora antes, ya que nos protegen desde el primer segundo. Al no necesitar ser absorbidos por la piel para protegernos, las reacciones y alergias se minimizan y no suponen una amenaza ni para nuestro organismo ni para la vida marina.
En la parte negativa está el hecho de que, por su propia naturaleza, son más blanquecinos que los solares con filtros químicos, aunque cada año podemos ver solares naturales y ecológicos más transparentes y con unas texturas fantásticas.
- El tercer tipo son los filtros biológicos. Se obtiene a través del uso de ingredientes naturales como la semilla de frambuesa, el aceite de karanja o la manteca de burití y karité, por nombrar algunos de los vegetales que nos proporcionan esa protección. Se usan sobre todo por parte de personas que tienen alergias o que tienen unos usos solares muy limitados. Son los más saludables y seguros, aunque raramente alcanzan más de un SPF20, por lo que su eficacia es más limitada.
Ya lo sabes, si quieres proteger tu piel y el planeta ¡usa solares bio!