«Bebe tu comida y mastica tu comida» (Mahatma Gandhi)
La masticación es un movimiento consciente que hemos convertido en automático.
Quizá hayas escuchado ya eso de que la digestión comienza media hora después de haber comido e incluso, que se trata de un proceso que aunque se desarrolla principalmente en el estómago, empieza mucho antes de llegar a él.
La digestión es una de las actividades más importantes que el cuerpo humano tiene capacidad de realizar y a la que se le presta poco a ninguna atención. La digestión es un proceso que engloba múltiples partes del organismo. Es debido a esta complejidad que comenzaremos por el principio.
ANTES QUE NADA ¿QUÉ SIGNIFICA MASTICAR?
Masticar es un movimiento mecánico en el que los dientes cortan, rompen y trocean los alimentos y cuya finalidad es transformar en partículas lo más diminutas posibles lo que comemos.
Masticar también es sinónimo del verbo “rumiar”, dar vueltas a algo. Y, si nos detenemos a explorar un sentido más amplio, observaremos que esta acción está estrechamente relacionada con meditar. ¿Meditar y masticar? ¿Qué es esto ? ☺
Sí, tomando el sentido literal de la palabra, meditar es considerar o pensar detenidamente las cosas. Y la comida hay que meditarla bien antes de que pase al estómago. De lo contrario la digestión no se desarrollará del mismo modo.
De igual forma que masticamos la comida, masticamos y digerimos la vida. Y tenemos la capacidad de elegir entre hacerlo de forma automática o mediante una acción meditativa. ¡Como masticamos, vivimos! Así pues entrenarnos a masticar despacio puede cambiar otros aspectos de nuestra vida
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE MASTICAR BIEN?
Masticar desencadena el proceso digestivo y determina, en gran parte, la cantidad de nutrientes que obtenemos de los alimentos. Sí, sí… así de importante es. Volvemos a repetir: determina en gran parte la cantidad de nutrientes que obtenemos de los alimentos. La masticación inicia pues el proceso de digestión que empieza en la boca. Triturar los alimentos, lo máximo posible, hará que la disponibilidad de nutrientes sea mayor y, por tanto, podamos aprovechar mejor lo que comemos. Si por el contrario, masticamos por inercia y tragamos la comida sin estar lo suficientemente triturada, las digestiones serán más pesadas, pudiendo aparecer gases e hinchazón. Ésta es una de las razones por las que conviene poner atención a lo que parece, sencillamente, “dar vueltas a la comida en la boca”.
¿Alguna vez te ha pasado que comes mucha cantidad y muy deprisa porque sientes hambre y de repente al cabo de un rato, cuando te das cuenta, ya te has pasado y tu estómago está muy pesado? Esto ocurre porque la sensación de saciedad a nuestro cerebro no llega hasta pasados 20-30 minutos después de que empezamos a comer. Si masticamos bien, comemos despacio y respetamos ese tiempo, sentiremos nuestro estómago lleno mucho antes de terminarnos la comida del plato y comeremos menos. Este es un punto interesante y a tener en cuenta cuando nuestro objetivo es perder peso.
¿Trucos que puedes realizar para masticar despacio y asegurarte una buena bio-disponibilidad de los nutrientes?
- Comer con palillos chinos hasta que integres la forma de comer despacio y poca cantidad cada vez.
- Contar las veces que masticas. Para ello, puedes dar golpecitos suaves con el dedo encima de la mesa o sobre tu muslo, mientras sueltas el cubierto de la mano.
- Comer con las manos. ¡Sí, como lo lees! Algo que parece estar mal visto en la sociedad (o eso hemos aprendido), sin embargo, en muchas culturas es lo natural, por ejemplo en Etiopia. Tiene muchas ventajas de las que hablaremos en otro momento. Entre ellas, facilita la masticación porque con los dedos coges menos cantidad que con la cuchara. ¡Prueba a comer la receta de esta semana, arroz con calabaza, con las manos y te sorprenderás!
- Conectar con el momento presente antes de empezar a comer. Puedes mirar al plato, hacer alguna oración o ritual o, simplemente da las gracias por lo que vas a comer.