Que lo ecológico está de moda no es ninguna novedad. Existe un interés real, una conciencia, una actitud hacia lo ecológico, natural, orgánico y sostenible pero existe también, el interés económico (que ha existido siempre en todo) que lleva a muchas marcas a sumarse a la moda y tendencia, sin ser cierto lo que están vendiendo y ofreciendo. Se presentan como naturales ¡pero no lo son! El problema es lo complicado que resulta distinguir las marcas de cosmética realmente naturales de las que solo practican lo que se llama el Greenwashing o lavado de cara verde, es decir, ciertas técnicas de marketing para hacernos creer que sus empresas y productos son naturales cuando, en realidad, no es más que una estudiadísima campaña nada verde, por eso creo que es importante crear este decálogo del Greenwashing con estas 10 formas para saber si el producto que vas a comprar es natural de verdad o sólo va de verde por la vida.
Hace unos meses mi compañera Yolanda de El Bosque verde, también hablaba de esto en su artículo propuesto para distinguir entre natural y ecológico, muy interesante por si quieres seguir profundizando. Os aseguro que si es algo que os importa, cuando más bien informados estéis, ¡mejor!
1. Verde que te quiero verde, y el verde, verde estridente
Si entras en una franquicia y todo es verde, está repleto de flores y frutas y los colores y olores son mucho más intensos que en la naturaleza, has dado en el clavo: estás ante una marca que practica el Greenwashing.
2. Encontrar una aguja en un pajar
Que una marca ponga un 0,4 por ciento de aceite de argán en un champú tiene tantas probabilidades de hacer mella en la composición del producto como la de encontrar una aguja en un pajar. Si quieres saber si el ingrediente que te interesa está en abundancia has de encontrarlo en las primeras líneas de la composición ¡nunca al final!
3. Usan un lenguaje ambiguo
‘Con ingredientes 100% naturales’ nos lleva a pensar que el cien por cien de los ingredientes son naturales, pero no significa eso. Significa que los ingredientes naturales son 100% naturales. ¿Hay ingredientes naturales 50% naturales? Es una táctica muy usada…
4. Ocultan la composición en sus webs
Poner la composición en una web es un ejercicio de transparencia y muchas marcas ocultan la composición completa y sólo destacan los ingredientes que desean con lemas como ‘principales ingredientes’, ‘activos principales’…
5. Usan palabras complicadas y activos patentados
Al reveratrol se le unen los polifenoles, las células madre vegetales y los polipéptidos, activos patentados (con nombres estrambóticos) y mil cosas más para que no puedas saber qué lleva la crema en cuestión.
6. Hablan mucho de sus compromisos medioambientales
Seguro que en su web tienen un apartado en el que hablan de lo mucho que invierten en repoblar zonas de Uganda o en cooperativas de la India. ¡Y eso está genial! Siempre y cuando no escondan una realidad algo más fea sobre cómo y de dónde se obtienen sus productos, de los que, por cierto, no podemos conocer su trazabilidad.
7. Adoran poner un ingrediente bio en sus productos
Las marcas bio de verdad usan todos los ingredientes ecológicos que pueden (lo sabrás porque llevan asteriscos al final de cada ingrediente). Un producto con una larga composición y un solo ingrediente ecológico es bastante sospechoso.
8. Dan la vuelta al mundo
Las marcas que practican el Greenwashing adoran poner ingredientes exóticos: flores de cerezo japonés, té de Fuji… Las marcas más bio son de Km0 y no usan los ingredientes exóticos como un reclamo de marketing.
9. Adoran los sellos
La cosmética natural y ecológica certificada lleva los sellos de empresas que los avalan. Los sellos ‘sin parabenos’, ‘sin clorhidrato de aluminio,’ ‘sin aceite de palma’ o ‘con ingredientes naturales’ no dicen nada sobre si contienen tóxicos o son naturales y muchas veces esconden una intención de limpiar la imagen del producto.
10. Se anuncian el la tele y en las revistas
¿Sabías que un anuncio en prime time cuesta hasta mil euros por segundo? ¿Y que una doble página en una revista de moda ronda los 40.000 euros? Obviamente las marcas de cosmética natural no pueden permitirse estas cifras y las pocas que pueden (contadas con los dedos de una mano), prefieren centrar sus esfuerzos en mejorar sus fórmulas y publicitarse en canales más más reducidos y con un público mucho más afín.
Así que, si lo veis en la televisión, probablemente no sea natural de verdad aunque muchas grandes marcas convencionales empiezan a tener gamas naturales certificadas ¡no se quieren perder su parte de este bio pastel!
¡Espero que con este decálogo podáis distinguir un poco mejor las marcas naturales de verdad de las que no lo son!