La alegría y el amor son dos alas para las grandes acciones
Goethe
Es bien sabido que la alimentación saludable y el ejercicio son dos pilares básicos para tener una buena salud. Pero ¿por qué nos cuesta tanto llevarlo a la práctica, o si conseguimos llevarlo a la práctica, a veces, por qué no tenemos los resultados deseados?
Mucha gente se sorprende de que aún siguiendo unos hábitos saludables, no consigue sentirse bien, tiene desequilibrios en el peso o falta de energía, problemas digestivos o problemas de salud en el sentido amplio de la palabra. Por mi trayectoria personal, siempre me he interesado la cuestión de la química y la bioquímica de los alimentos y a medida que han ido pasando los años, he ido viendo que por más que se estudie “científicamente” y “racionalmente” ese cómo nos afectan los alimentos y el ejercicio físico en nuestro cuerpo, hay muchísimas reacciones químicas a causa de nuestras respuestas emocionales que hacen que el proceso interno e individual de cada ser humano no tenga respuestas razonables ni comprensibles. Las emociones que corren por nuestro cuerpo, cada persona las vivirá a su manera, según su historia particular y su temperamento y esto hará que su camino sea único e irrepetible.
La palabra emoción viene del latín “emotio” y significa movimiento e impulso. Es aquello que nos impulsa desde el interior hacia el exterior y muchos de nuestros sentimientos, pensamientos y de nuestras acciones están íntimamente relacionados con nuestras emociones ya que las emociones nos impulsan a movernos, a actuar y a cambiar hasta nuestra respiración. Las emociones nos sacan de nuestro centro y lo que hace nuestro cuerpo muchas veces es no querer sentir las emociones en su estado puro, va guardando las emociones en el cuerpo, dentro de músculos, articulaciones, órganos, células o bien las expresa de manera no adecuada con una ira desbordada.
Somos lo que comemos, pensamos, sentimos, hacemos y actuamos.
Encontramos más de 500 emociones que se pueden manifestar y cada emoción va a encender una cascada de reacciones químicas en nuestro cuerpo a través de unas biomoléculas, que a la vez actúan como neurotransmisores que pasan la información de una célula a otra. Todos conocemos y hemos sentido en algún momento de nuestras vidas las principales emociones negativas como el miedo, la ira y la tristeza y las positivas como la alegría , el amor y la felicidad. Para estar saludables y en equilibrio en la balanza de las emociones siempre deben tener más peso las emociones positivas.
Las emociones segregan neurotransmisores y hormonas y si predominan las emociones negativas en frente de las positivas, estas pueden llegar a tener un efecto tóxico en nuestro cuerpo y la consecuencia es que este efecto tóxico haga que tengamos sentimientos y pensamientos tóxicos también (es un círculo vicioso) porque los pensamientos tóxicos generan de nuevo emociones negativas. Vemos pues que las emociones afectan al sistema inmunológico, psicológico y endocrino.
Después de esto, ahora me gustaría proponerte una manera sencilla y eficaz para salir de ese círculo vicioso, además de trabajar tu caso en particular.
Una de las terapias que más me apasionan y funcionan en consulta, para empezar a suavizar y cambiar la intensidad de las emociones, y que nos despierta el contacto con nuestro interior y nuestro sentir desde una perspectiva nueva y más profunda, son los aceites esenciales. Afinando tu olfato con los aromas de los aceites esenciales te conectarán con el cerebro límbico o emocional, que es la parte del cerebro que controla la memoria, el comportamiento, el placer, la pena y las emociones, el olfato es el único sentido que entra directamente en contacto con el sistema límbico y el principal receptor de los neurotransmisores de los que ya hemos hablado.
Los aceites te conectan con tus sentimientos más profundos y ayudan a que estés más centrada/o y no tan vulnerable a tus emociones. Si estás en tu centro, las emociones no te desequilibraran. Lo ideal es que tú estés alineado con quién eres y no como una víctima de tus emociones. Hay muchos estudios que demuestran que hay una fuerte relación entre olfato, memoria, estados de ánimo, emociones y pensamientos. Te propongo que te familiarices olfativamente hablando con alguno de ellos. Para empezar si crees que necesitas más bien calmar la mente, puedes oler aceite esencial de INCIENSO y de LAVANDA.
El incienso
El incienso te ayudará a recuperar tu propia respiración y te orientará en tu búsqueda interior recuperando la paz necesaria para seguir tu camino.
La lavanda
La lavanda te aportará esa tranquilidad necesaria para poder empezar a cuidarte. Puedes poner una gota de aceite esencial en tu ropa, pijama o en las muñecas y olerlos tantas veces como quieras.
Vemos que nuestra salud y longevidad están íntimamente relacionadas con nuestros hábitos saludables en relación a la alimentación y al ejercicio físico, pero también a nuestra salud emocional. Atrévete a vivir tus emociones y aprende de ellas, sin huirlas.