Que haya luz para ti en los lugares oscuros
Cuando se apaguen las demás J.R.R Tolkien
Entrando en el último mes del otoño, hay menos horas de luz y las temperaturas empiezan a bajar, esto conlleva que tengamos más espacios de tranquilidad con nosotros. De la misma manera que pasamos más horas en el interior de casa, metafóricamente hablando también pasamos más horas en contacto con nuestro interior. Si este interior no está centrado en consonancia con quien realmente somos, puede que aparezcan síntomas relacionados con la tristeza y el miedo acompañados de una falta de energía.
Las noches se alargan y ya sabemos que todos los fantasmas emocionales aparecen por las noches y estos despiertan todas las sombras interiores.
Las hormonas de nuestro cuerpo tienen la capacidad de adaptarse a estos cambios de luz y temperatura sin necesidad de sentir pesadez existencial, pero si hay bloqueos no resueltos y puertas que no te has atrevido a abrir, ahora es el momento de ahondar un poco más y atreverte a sentir qué te moviliza.
Por suerte cíclicamente cada año suena la alarma de que hay alguna cosa que no funciona bien (emocionalmente hablando); temas que no se han cerrados, no comprendidos, no integrados, no sentidos. Hay años que no les haces caso y te dejas llevar intentando sobrevivir. Pero la vida está para vivirla, no para sobrevivirla.
Tu peso, sobrepeso, falta de energía y ilusión con la vida, ¿crees que te lo provoca solo lo que comes? Evidentemente que no, nuestra relación con la comida es solo el reflejo de nuestro equilibrio emocional. Cuando no te atreves a disfrutar de una existencia plena, llenas los vacíos con comida y con pensamientos negativos.
Fijaros en un bebé: llega con toda la alegría, energía, sabiduría y sobre todo con toda la confianza. Emana libertad y harmonía, respirando con tranquilidad desde el estómago. A medida que este bebé se va haciendo mayor y llega a la adolescencia, va conectando cada vez más con sus emociones y sentimientos, se abren al sentir en mayúsculas desde el plexo solar y a medida que crecen y ya una vez adultos, tendemos a que nos guíe la cabeza, el pensar y el razonar. Pero lo importante es no dejarse llevar por la razón, ya que esta te puede llevar a callejones sin salida y a dar vueltas a lo mismo durante horas, acelerándote la respiración y alejándote del sentir. Pasamos más miedo imaginándonos todo lo que nos puede pasar, que lo que realmente pasa.
¿Por qué a veces vamos perdiendo esa confianza con la vida?
Si el entorno del niño no es tan equilibrado y/o sano, empezará a sentirse solo en el mundo, aunque solo sea una percepción suya de la realidad. Y cuando una/o se siente solo, cree que todo depende de él y cree ser el responsable de todo lo que le pasa en la vida. Así desde pequeño cargas un saco en la espalda o en la parte del cuerpo que quieres volver insensible, con todas las desilusiones, responsabilidades, tristezas… y el saco se va llenando cada vez más y esto hace que termines escondiéndote dentro de una trinchera, con un cuerpo voluminoso, con muchas tensiones en el cuerpo o con un carácter amargado o agrio, según tu temperamento. Lo harás de una manera o de otra pero te estará afectando.
A medida que pasan los años nuestra misión en la vida es fluir con la vida, ágiles, no arrastrarnos. Así que, no te dejes llevar por tu estado de ánimo, conecta con tu propósito en la vida, con tu esencia, aunque este esté muy escondido dentro de ti, ¡búscalo!
Y en esto, algo que te puede ayudar son los aceites esenciales. Sorpréndete y déjate acompañar por ellos; ábrete a reconectar tus instintos y deja que la magia de los aceites esenciales iluminen tus sombras a través del olfato. El sentido del olfato nos conecta con nuestros instintos.
Podemos no mirar o no tocar un objeto, pero no podemos obligarnos a no olerlo, ya que no podemos dejar de respirar cinco minutos. Con el sentido del olfato no nos ponemos barreras, nos permitimos inspirar algo exterior a nosotros y va directamente a activar el sistema límbico que es nuestro centro emocional.
Si hueles estos dos aceites esenciales que te sugiero para iluminar tus sombras, poco a poco empezarás a ver la parte positiva de tus preocupaciones.
Empezaremos oliendo el aceite esencial de Bergamota (Citrus Bergamia). Este te despertará la alegría, dejando atrás la tristeza, los miedos y la rabia. Un olor fresco y revitalizante que te aportará frescura al alma gracias a sus propiedades ansiolíticas y sedantes. Un aceite que te ayudará a dormir.
Y seguiremos oliendo el aceite esencial de Amaro (Salvia Sclarea) que te ayudará a salir de tu dique emocional y te dará claridad y afinará tu intuición. Te acompañará ayudándote a tomarte la vida con más ligereza. Es uno de los aceites esenciales más relajantes.