La Atkins, la de la alcachofa, la del ayuno, la cetogénica, la de la vecina del cuarto que no es celíaca ni tiene sensibilidad al gluten, pero sigue una dieta sin gluten, contando calorías, contado macros….
Para una gran parte de la población las dietas para perder peso funcionan al principio, pero pueden no ser tan efectivas a largo plazo. De hecho, si vais a un buen nutricionista, os hará hincapié en el cambio de hábitos más que en la dieta que os entregue para poder mantener los cambios a largo plazo, pero poca gente mantiene esos hábitos. Y caemos en el famoso efecto yo-yo.
Hoy os explicaré en que consiste la alimentación intuitiva. Aunque está apareciendo más a menudo en redes sociales, hace años que existe este concepto junto a otro más controvertido llamado “HAES” que proviene del inglés ‘Health at every size’ (salud a cualquier talla). Probablemente no se ha hablado más de ellos porque el mundo de las dietas mueve muchísimo dinero y porque no se pueden aplicar tan fácilmente.
¿Que es la alimentación intuitiva?
Comer intuitivamente significa comer de acuerdo con tus propias necesidades físicas y psicológicas; prestando atención a tus signos de hambre y plenitud, placer y satisfacción ocasionado por lo que has comido y cómo los alimentos te hacen sentir en lo que se refiere a niveles de energía y bienestar general.
Aunque a primera vista puede parecerse mucho al ‘Mindful eating’ y de hecho pueden ser prácticas complementarias, el ‘mindful eating’ fomenta la conexión consciente y sin prejuicios con la comida, mientras que la alimentación intuitiva consiste en dejarse llevar y tomar conciencia de nuestro cuerpo.
¿Cómo se implementa?
No es una dieta, es un proceso, por lo que no es tan fácil de implementar si no te ayuda un profesional. Algunas personas lo adoptan muy rápido, pero si llevas tiempo con problemas con la comida, puedes tardar más. Eso significa que tendrás que aprender a ser compasivo contigo mismo y darte tiempo para dejar que el proceso siga su curso.
La dificultad con este concepto es que si nos limitamos a leer la definición parece que se puede comer «lo que sea, cuando sea» y eso puede ser increíblemente abrumador si llevas años haciendo dieta o si has padecido algún TCA. Es un proceso con una serie de principios que están diseñados para ser seguidos. No podemos saltarnos ninguno.
Los 10 principios de la alimentación intuitiva:
- Rechaza la mentalidad de la dieta
Se refiere a desterrar permanentemente las dietas milagrosas y a los alimentos con superpoderes.
- Honra tu hambre
Este es un concepto difícil al principio pero se trata de escuchar a tu cuerpo y mantenerlo bien alimentado para no llegar a tener problemas con atracones. También se refiere a aprender a reconocer cuando ya hemos comido suficiente y saber parar.
- Haz las paces con la comida
Aquí es donde se eliminan las prohibiciones. Se intentan quitar las etiquetas de ‘bueno’ o ‘malo’ a los alimentos para así no provocar una reacción psicológica contradictoria y acabar comiendo y sintiéndonos culpables.
- Desafía a tu voz interna (o a la “Policía de la comida interna”)
Este va muy ligado al anterior. Es un trabajo interno que pretende que acabes con esa voz interior que te aplaude cuando comes comida ‘buena’ y te hace sentir culpable cuando comes comida ‘mala’.
- Respeta tu saciedad
Escucha a tu cuerpo y aprende a reconocer cuando está lleno.
- Descubre la satisfacción
Este principio pretende que reconectes con el placer y la satisfacción de comer.
- Honra tus sentimientos sin usar la comida
Encuentra maneras de consolar, nutrir, distraer y resolver tus problemas sin usar alimentos.
- Respeta tu cuerpo
Para que puedas sentirte mejor sobre quien eres, debes respetar a tu cuerpo. Es difícil rechazar la mentalidad de la dieta si no aceptas que no todos somos iguales y que cada cuerpo tiene una forma distinta.
- Haz ejercicio
Este está en todas partes y no desaparecerá. Es importantísimo. No te salvas.
- Honra tu salud
Elige alimentos que honren a tu salud. No pasa nada por darte un capricho, lo importante es lo que se come de manera constante a largo plazo. Se trata de ir progresando, no de perfección.
La alimentación intuitiva no es un objetivo, sino un conjunto de herramientas para ayudarte a tener una relación más sana con la comida, para que puedas concentrarte en las cosas y personas que realmente te necesitan y te olvides de restricciones.
Las dietas son imprescindibles para la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades o incluso para perder peso en algunas personas pero no lo son para todo el mundo. La alimentación intuitiva lleva un trabajo de fondo importante debido a la desconexión a la que hemos llegado entre cuerpo y mente. No será fácil que en una sociedad tan acostumbrada a la inmediatez se puedan aplicar estos conceptos pero desde luego ofrece muchos beneficios en consulta.
Para daros un ejemplo sobre lo arraigada que esta la cultura de la dieta os comparto algo al respecto:
Llevo días hablando con compañeros de trabajo sobre la necesidad o no de tener una báscula en consulta. Mis compañeros siguen insistiendo que los pacientes quieren medir su progreso a través de ese número y que por lo tanto es imprescindible. El peso es un gran aliado de la cultura de la dieta. Si ya hemos entendido que la edad es solo un número y que no nos define, ¿por qué no podemos desterrar la báscula y empezar a medir el progreso con nuestros niveles de satisfacción, energía, reducción de ansiedad o bienestar general? ¿Que opináis? ¿Quitamos la báscula? Ahí lo dejo…