Llegan las fiestas y con ellas las comidas de empresa, con las amigas, amigos, familia… Es época de celebrar, salir, dar gracias, recibirlas. Para algunos una cruz, para otros la mejor época del año. Seas del grupo que seas, no te salvas, irás a estas cenas o comidas, y sí, también comprarás un décimo de lotería 😉
Muchas veces cuando vas a un restaurante sales tan lleno que no tienes fuerza para nada. La comida debería darnos energía, no quitarla. Es por eso que hoy os voy a dar unos consejos para comer fuera y sentirse bien, tanto mental, como físicamente. Porque comer acompañado es un lujazo y debemos disfrutarlo. Te dejo con 10 consejos para comer fuera estas Navidades.
- No llegues con hambre. Tal y como os aconsejo que NUNCA vayáis a comprar con hambre, también os aconsejo que no lleguéis a la cena o a la comida con ganas de paella de primero, segundo y postre. Con esto no quiero decir que comas antes de salir, pero si que planifiques un poco y te tomes una pieza de fruta o un puñado de frutos secos en la merienda o a media mañana.
- Mira la carta antes de ir. Gracias a internet ahora es posible ver el menú de la mayoría de los restaurantes antes de ir. Míratelo con calma. Te ayudará a entender qué tipo de comida te encontrarás, qué te puede apetecer más y sabrás escoger mejor.
- Di no al pan. Que quede claro que no tengo nada en contra del pan. A mi el pan me encanta, pero… ¿vas a pagar para ir a un restaurante y acabar comiendo más pan que otra cosa? Es una costumbre muy arraigada. Llegas, te sientas, te dan la carta y acto seguido te ofrecen pan que acaba uno comiéndose sin ni darse cuenta. Salir a comer no es solo un acto social, es un momento para dejarte mimar y que el restaurante te sorprenda con platos que tú no harías en casa, descubrir ingredientes nuevos, combinaciones extrañas que funcionan… Deja el pan para otro día.
- Despacio, que no tenemos prisa. Los beneficios de comer despacio se han demostrado en varios estudios. Mejor digestión, mejor hidratación, mejor sensación de saciedad e incluso los hay que apuntan a la pérdida de peso. Esto es debido a que le damos tiempo a nuestro sistema digestivo a enviar la información al cerebro de que ya hemos comido suficiente. Una de las características de la dieta mediterránea original es comer acompañado, esto no lo hace solo más agradable, sino que al estar hablando y interactuando con otras personas se come más despacio y por lo tanto se da más tiempo al cuerpo a responder a lo que se ingiere.
- Verduras, verduras, verduras. Inclínate por los platos con mayor variedad de verduras. Para poder mantener una buena salud intestinal es importante la variedad, que no cantidad, de verduras que comemos.
Olvídate de entrantes y platos principales. No porque esté en el apartado de entrantes no te lo puedes comer como plato principal. Si te apetecen dos cosas de los entrantes, habla con el camarero. O si prefieres un plato principal y en la descripción no pone cual es el acompañamiento pregunta, quizás te lo pueden cambiar por algo más saludable. ¿Hay legumbres? ¿Alguna ensalada especial? ¿Un pescado que normalmente no compras porque no sabes como cocinarlo? Atrévete a probar cosas nuevas.
- Escoge pensando en el postre. Es muy habitual pedir mirando el primero y el segundo y a veces ni miramos el postre, de hecho, en algunos restaurantes viene en un menú distinto. Si quieres postre, cómelo PERO piensa en él desde el principio. Ajusta la cantidad de comida que pides para poder llegar al postre con ganas de comerlo y no solo porque crees que tienes que comértelo para poder quedarte a hacer un poco de sobremesa con los amigos.
- Sé el primero en pedir. En cualquier situación social somos influenciables y esta no es una excepción. Si crees que el resto de la mesa hará una selección menos saludable, trata de ser el primero en pedir y no te dejes influenciar.
- Pregunta como lo hacen. Al horno, a la plancha, al vapor… estas son buenas opciones mientras que los fritos es mejor evitarlos. Pregunta por las salsas, qué llevan, cómo están hechas, si las pueden poner a parte para que tú te pongas lo que te apetece…
- Pide agua. Bebe antes, mientras y después de comer. Beber agua es parte de una buena comida. Esto no quiere decir que no te puedas beber un vaso de vino pero intenta que lo que acompañe a tu comida sea un vaso de agua y que el vaso de vino sea un mero complemento si te apetece.
- Disfruta. Pocas veces se cuadran las agendas de todos los amigos, contadas veces estáis todos los de la familia en la misma mesa. Olvídate del móvil, habla, escucha, ríe, saborea la comida, ¡disfruta!
Espero que estos consejos te sirvan en estas fechas que estamos a punto de vivir y sobre todo, relájate y disfruta.