Cuando empecé a practicar yoga en casa la verdad es que no existían estudios tal y como hoy los conocemos y además a mí me encantaba la idea de ser autodidacta. Tenía un libro de yoga ochenteno y seleccionaba de él asanas según leía sus beneficios. Las probaba y si se sentían bien las repetía al día siguiente. Me hice con una pequeña secuencia de seis asanas, ocho como mucho, que practicaba unos diez minutos al día. Con el tiempo se convirtió en algo más. De esto hace ya veinte años.
Te cuento esto porque quizás no tengas un estudio cerca como me pasaba a mí. O quizás tengas un estudio y un profesor de yoga favorito pero no siempre te resulte fácil poder ir hasta él tan a menudo como te gustaría. Nada de esto es algo malo: aquí van 8 razones por las que el yoga en casa puede complementar tu práctica (tengas o no estudio favorito) además de ayudarte a convertirte en un yogui más independiente mientras llevas tu práctica a otro nivel.
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No necesitas desplazarte
“Me encantaría hacer yoga pero no tengo tiempo”. “El estudio está muy lejos”. “Ninguna de las clases se adapta a mi horario.” Cuando tenemos que ir a cualquier lugar para tomar la clase que otra persona ha programado en un tiempo determinado, es fácil ponernos excusas sobre el por qué no podemos hacerlo, sea esto cierto o no. Pero cuando practicas en casa no hay excusas: desenrollas la esterilla y ya estás en el momento y lugar adecuado para practicar.
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Generas confianza
Muchas personas se sienten intimidadas en un estudio al pensar que no conocen las posturas, que no son lo suficientemente flexibles o que todo el mundo les está mirando (¡a veces nos sentimos así!). Practicando por nuestra cuenta podemos crear un espacio de seguridad donde no compararnos con nadie, donde reírnos de nosotros mismos e ir probando a nuestro propio ritmo, lo cual resulta enormemente gratificante.
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Está siempre disponible
A través del yoga tenemos la oportunidad de relajarnos y aclarar nuestra mente de pensamientos y sensaciones. Gracias a la práctica en casa este proceso de aclararnos puede suceder en cualquier momento que lo decidas y no estar restringido a un tiempo específico, es decir a un horario de clase ya planificado. Además hoy en día dispones de todo tipo de clases de yoga online con las que practicar y encontrar inspiración.
4. Te vistes como quieras
Uno de los aspectos más bonitos y liberadores del yoga es que no necesitas ningún lugar específico donde practicarlo como tampoco necesitas vestirte de forma especial para hacerlo (¡ni siquiera necesitas la esterilla!). Puedes ponerte lo que te haga sentir más a gusto y que no limite tus movimientos. La única persona que te va a ver vas a ser tú mismo.
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Se adapta a tus necesidades
Algunos días tenemos todo el tiempo y la energía del mundo y otros días no lo tenemos. La práctica personal te ofrece la oportunidad de conectar con tus necesidades, elegir el horario que quieras o practicar durante el tiempo que quieras. Además, para obtener los beneficios del yoga, tu práctica no tiene porqué consistir siempre en una sesión de 60 minutos. A veces sentarte en silencio puede ser suficiente. Aprende a alinearte con cómo te sientes y a observar qué necesitas en cada momento.
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Trabajas en posturas exigentes
En ocasiones nos sentimos cohibidos durante las clases en grupo y evitamos practicar asanas en los que no tenemos la confianza suficiente. Si añades a tu práctica en casa una o dos posturas con las que aun tengas dificultades no solo vas a crecer en el asana sino también vas a sentirte menos incómoda/o cuando las practiques en clase.
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El savasana más delicioso
En casa puede que quieras saltarte la postura del cadáver y lanzarte a seguir con la lista de cosas que tienes que hacer en el día. Aprende a cerrar tu práctica, no hay gente esperando en el pasillo para entrar a la siguiente clase, permítete esta “recompensa” por el trabajo realizado y abandónate en el asana. Pasados cinco minutos quizás descubras que quieres permanecer durante cinco minutos más.
8 . Qué significa el yoga para ti
Desarrollar una práctica de yoga personal y comprometerse con ella nos permite profundizar en nuestra propia relación con el yoga. Sin las distracciones de a qué clase ir, dónde dejar el coche, qué ropa llevar, etc. dejas de ver la práctica como un evento. Tan solo eres tú y tu esterilla. Se convierte en un momento íntimo en el que aprender sobre quiénes somos.
Espero que estas razones te ayuden a sentirte más cómoda/o con la idea de practicar yoga en casa porque la auto práctica es uno de los mayores tesoros que tenemos como yoguis. Sumérgete en tu propio proceso ¡y no olvides divertirte! ¡Puedes empezar con mi curso para la escuela!