Salgo del trabajo, he tenido un día terrible e intenso. Lo único que quiero es salir y comprarme en la esquina ese muffin de chocolate que seguro me hace sentir mejor, total después de tanto trabajo duro, ¡me lo merezco!
Estoy sola en casa, sin nada que hacer… ¿Qué tengo en la nevera?
He tenido conflictos donde la rabia y pena me invaden… ¡nada que un helado y mucho chocolate no puedan arreglar!
¿Has estado en esos estados?
Lo sé, son situaciones cliché y una caricatura de muchas situaciones pero seguro que así se entiende a la perfección lo que es el “comer emocional” y como manejamos a menudo nuestro día a día a través de la comida.
Somos seres sociales y el alimento, desde que nacemos, tiene un tinte afectivo. Compartimos y creamos comunidad a través del alimento pero entonces, ¿cuál es el conflicto? Se convierte en un problema cuando el comer se vuelve nuestra manera primordial y/o exclusiva de lidiar con nuestras emociones (sean positivas o negativas).
Comer emocional:
acto de comer no por necesidad fisiológica (hambre) sino en respuesta a estados emocionales diversos (generalmente “negativos”) encontrando en la comida una manera de lidiar con estos y así sentirnos mejor
Entonces, ¿qué hacemos? He aquí 8 consejos para afrontar el comer emocional:
- Reconoce: ¿es hambre física o hambre emocional?
El hambre emocional viene de repente, sin aviso y con sensación de urgencia por ser saciada. El hambre física viene de manera gradual y puede esperar un tiempo razonable a ser saciada.
- Reconoce – TE: conoce tus gatillantes
Obsérvate para ver en qué circunstancias se despierta este tipo de hambre y comienza a descubrir (si es que los hay) algunos patrones.
- Aliméntate
Asegúrate de recibir todos los nutrientes que necesitas en tu alimentación cotidiana y cuando comas, intenta involucrar todos tus sentidos (puedes investigar más acerca del mindful eating).
- Muévete y respira
Ambos te ayudarán a regular tu energía, liberar endorfinas y relajar el sistema nervioso nivelando los niveles de estrés, ansiedad y por ende el comer emocional.
- Practica la “contención”: explora otras opciones
Explora qué te hace sentir bien y te es beneficioso. Sé que no es fácil cambiar de golpe una conducta por otra y tampoco queremos disminuir la problemática que puede generar el comer emocional, pero sí es útil saber qué otras opciones tienes y te sirven A TI para manejar tus emociones.
- Atrévete
¡Sé que ésta es difícil! Pero atreviéndote a mirar cada momento y/o situación y fijarte en cuándo “comes emocionalmente”, es todo un aprendizaje; podrás vislumbrar qué caminos existen para comenzar a crear una relación sana con la comida (y pedir ayuda en esto si lo necesitas!).
- Acéptate
Un gran desafío junto al punto 6, pero piedra angular para comenzar a comprender y sanar el comer de modo emocional. Eres un ser completo y capaz de vivir tu transformación.
- Ayúdate
Activa tu red de apoyo tanto familiar como profesional. No tienes por qué vivir el proceso sola/o.
Y sobre todo, paciencia. Lo más importante es comprender tu dinámica respecto al comer emocional para luego buscar respuestas y soluciones. Espero que estos 8 consejos para afrontar el comer emocional te sirvan de ayuda y si tienes cualquier duda, me consultes. ¡Será un placer tratar de ayudarte!
Este curso de Neus Elcacho puede interesarte.